Mary and the Witch’s Flower mantiene el alto nivel de la animación de Studio Ghibli. Los colores, los modelos de personajes, las texturas de la naturaleza se presentan maravillosamente. Aquí no hay nada de lo que quejarse en cuanto a la animación.
Es la narrativa la que demuestra que hay un cortocircuito. El crecimiento de nuestro personaje central, María, deja algo que desear al final. Se aventura en este largo viaje que implica un poco de autodescubrimiento, pero al final no tiene nada que mostrar.
Y, por muy impresionante que sea la animación, no se presta a un viaje que sea tan encantador como quiere ser. En todo caso, la película tiende a arrastrarse a medida que se acerca a su clímax.